jueves, 19 de febrero de 2015

Coaching y empresa: ¿Tal vez una oportunidad? (III)

“No existe realidad objetiva independiente de quien la está continuamente interpretando”

Tercera y última entrada en el blog respecto al Coaching y lo que cualquier líder puede extraer de sus enseñanzas para la mejora de las relaciones con los trabajadores y el aumento del rendimiento y la productividad.

En el anterior post utilizábamos como ejemplo la carrera de la maratón para demostrar cómo las creencias y pensamientos a través de los que interpretamos la realidad  influyen en nuestras emociones y en nuestra forma de afrontar los problemas. De hecho, señalábamos que son decisivas en su resolución. En el presente, trataremos de dar unas pinceladas como respuesta a una serie de interrogantes que se abrían:

1.- ¿Se puede identificar estas creencias en un contexto empresarial?

Se puede y se hace.

Dice Francoise Kourilsky en su libro “Coaching. Cambio en las Organizaciones” (Eds. Pirámide, Madrid, 2005), que “en  las empresas, el aumento sin límite de los soportes de información, como cartas al personal, periódicos internos, periódicos en forma de vídeo, desarrollo de la informática y la telemática…, encierra a los individuos en su burbuja y les priva de contacto humano”. A su juicio, paradójicamente, el aumento masivo de información está provocando el descenso de la posibilidad de comunicación real, puesto que se pierde la parte más personal de la misma.

El primer paso, por tanto, para identificar creencias y pensamientos condicionantes es restablecer la comunicación directa con las personas. El contacto humano. El segundo, estar dispuesto a observar y escuchar,  desconectarnos temporalmente de nuestro incesante dialogo interno y estar muy atentos. El tercer paso, preguntar, pedir la opinión, clarificar, con una actitud clara de apertura y exploración: “¿qué te parece?” “¿para qué podemos hacer eso?”  “¿qué oportunidades piensas que nos da?” “cómo piensas que podríamos hacerlo?” “qué opinas de este tipo de solución?”,…

 2.- ¿Pueden modificarse para mejorar el rendimiento?

Aristóteles recomendaba que, para convencer a tu interlocutor, lo mejor era utilizar sus propios argumentos.

Volviendo a Kourilsky, dice ésta que “el cambio surge y se produce en la interacción”. Los errores de comunicación están ligados, generalmente, a no tener en cuenta el carácter circular de la misma.  Pero el dialogo eficaz provoca cambios.  “Comunicar es intervenir para cambiar la situación de otra persona, su construcción de la realidad, para suscitar en ella comportamientos diferentes”. Se trata de “ser un estratega al tiempo astuto y respetuoso”.

Cuando hay comunicación hay influencia, y no es posible lo contrario. Por tanto, conviene tener claro hacia dónde se quiere influir y qué efectos se quieren producir.

Una vez que se han identificado las creencias limitantes, la labor fundamental es darles la vuelta. Un ejemplo que viví en una situación laboral pasada:

“- No podemos meter a Aitor para este proyecto. Retiene constantemente la información
- ¿Cómo has llegado a esa conclusión?
- Nunca comunica nada, se guarda todo para sí….y este proyecto se basa en la comunicación.
- ¿Has probado ha comentarlo con él?
- No….”

Hablamos con Aitor y averiguamos que no es que retuviera información, sino que tenía miedo a hacernos perder el tiempo con datos irrelevantes. Aclarada con él la situación, pudo participar en el proyecto y fue un éxito.


3.- ¿Cuál sería el papel de la función de RRHH en el proceso?

Rafael Echevarría dice en su libro “La empresa emergente” (Es. Granica, Buenos Aires, 2000) que “el énfasis de la reingeniería de procesos ha estado, por lo tanto, en las tareas individuales y en la secuencia entre ellas, pero ha descuidado la importancia que revisten las actividades de coordinación en el interior de los procesos. Dicho de otra forma, su mirada ha estado puesta en las pequeñas cajas (las tareas) y no en las flechas o “zonas de contacto” (las actividades de coordinación). Curiosamente, es en esas zonas donde suelen estar las mayores oportunidades para incrementar la productividad del proceso. (…). Para poder intervenir es preciso aceptar el carácter conversacional de la coordinación y reconocer las competencias conversacionales que en ella participan”.


La escucha no es algo innato, se aprende. Exactamente lo mismo que la habilidad para el dialogo eficaz. Generar competencias conversacionales incide de forma directa en la productividad de las personas. Un buen departamento de RRHH haría muy bien en promover su desarrollo entre los líderes. Asímismo, deberá ayudar a crear condiciones que promuevan la habilidad de los empleados para tomar decisiones y generar el cambio.  Por último, en la resolución de ciertos problemas las partes implicadas se encierran tanto en su postura que se precisa de alguien que ayude a desbloquear y aquí el papel de RRHH como mediador puede ser decisivo. Apoyar, facilitar, asesorar, dotar de herramientas, formar…He ahí los grandes retos para RRHH.

Finalizamos citando nuevamente a Rafael Echevarría: “Cuando se logra combinar el rediseño de los procesos de negocio  con la implantación de tecnología workflow y con programas de formación de desarrollo de competencias conversacionales, dirigidos al conjunto de los trabajadores incluidos en dichos procesos, el efecto que se alcanza en la productividad de éstos resulta asombroso”.