En nuestro
anterior post mostrábamos que las personas son capaces de hacer esfuerzos
increíbles por aquellas cosas que les motivan y les suponen un reto, y asociábamos
motivación a la búsqueda de logros. Terminábamos comentando que lo fundamental es
crear en nuestras empresas condiciones para que objetivos individuales y
de la organización sean paralelos y para que la persona los viva como
posibles logros, de modo que la impulsen a invertir en su consecución
tiempo y esfuerzo y, en términos deportivos, a “darlo todo”. Como en una
maratón.
En este
nuevo post proporcionaremos algunas ideas para
hacer esto, asumiendo por supuesto que no existe la receta mágica y que para
que las estrategias resulten, primero hay que promover una cultura organizativa
facilitadora, así como cubrir las necesidades “higiénicas” básicas (equidad interna y con respecto a
mercado, seguridad y salud, recursos materiales,…).
Estrategias:
- Crea un ambiente libre, donde la comunicación fluya.
- Comunica y comparte con las personas de tu organización las claves estratégicas de la gestión empresarial.
- Trasmite lo que hay que hacer con pasión. Tómate todo el tiempo del mundo en convencer, consensuar, aliar, y sobre todo dar sentido. Las personas tienen que encontrar e interiorizar el sentido de lo que hacen.
- Convierte la estrategia en acciones concretas, de forma que dicha estrategia se transforme en tareas para todos y que todos interpretan como estratégicas.
- Moviliza a los miembros de organización en la misma dirección. Identifica y rodéate de líderes que efectivamente lideren, promuevan el cambio y traccionen para obtener el compromiso de todos.
- Diseña departamentos, o áreas, o ámbitos de Recursos humanos que se conviertan en agentes de cambio, no en departamentos de policía.
- Incentiva la participación en la toma de decisiones. Mantén la puerta de tu despacho abierta. Para que entren, pero también para que tú salgas. Conoce y permite que te conozcan. Esto en absoluto significa ser colega, sino ser visible.
- Por supuesto, responde siempre a lo que te plantean, aunque sea para decir “no”. Si lo dejas “descongelando” sobre tu mesa, generas insatisfacción.
- Ten claro lo que buscas, para que tus colaboradores lo tengan claro. Si tú no lo tienes, ¿Cómo vas a trasmitirlo?
- Reúnete con tus colaboradores, interésate por ellos, conócelos. Tómate tu tiempo en saber qué les gusta y emociona y luego aprovecha esa información.
- Integra los objetivos personales y corporativos. Conoce ambos para poder alinearlos. Piensa sobre ello. Enfoca las aspiraciones personales hacia objetivos generales, para que vayan de la mano.
- Ayuda a cada persona a sacar lo mejor de sí. Dependiendo de la persona y el momento. A veces esto supone dar una palmada en la espalda. Otras supone dar un empujoncito. En algunas ocasiones implica dar un tirón de orejas.
- Premia la proactividad, los resultados, la eficiencia. Nunca el amiguismo, el descargo horario, la rutina o el limitarse a no generar problemas.
- Da Feedback para mejorar: no hay nada más destructivo que el diálogo interno de un trabajador que no sabe cómo lo está haciendo y que duda sobre la valoración de su trabajo.
- Evalúa el desempeño y comunícalo siembre, dando opción a la persona a opinar. Identifica acciones de mejora y acuerda con la persona actuaciones.
- Promociona, con sentido común: hacer de un gran técnico un gestor puede ser un error, y viceversa. Conoce a tu gente. Identifica el talento ahí donde éste y dale la oportunidad que ansía. Rétale.
- Haz planes de carrera y enfócalos al desarrollo y crecimiento de la organización.
- Simplifica. Minimiza al máximo la burocracia, Las normas están bien, pero en tanto en cuanto aporten valor. Evalúa los procedimientos que actualmente tienes y elimina todos los que no sean imprescindibles. Redúcelos a la mínima expresión para que permitan ser excelentes sin convertirse en un fin en sí mismos.
- Planifica las actividades como si fueran proyectos.
- Favorece la autogestión. Ayuda a tu equipo a trabajar por metas y resultados. Huye de sistemas que fomentan la mera “presencia en el puesto”.
“Las
personas son capaces de hacer esfuerzos increíbles por aquellas cosas que les
motivan”
Muy buen artículo y coincido con todo lo que dices. El problema es cuando la situación está ya enquistada tras años de errores de comunicación y la gente esta totalmente desmotivada y resaviada. ¿Cómo se le puede dar la vuelta?
ResponderEliminarUn saludo y ánimo con el blog
Muchas gracias por participar, Anónimo.
ResponderEliminarSí, creo que pones el dedo en la llaga. Conseguir darle la vuelta a situaciones de ese tipo no es fácil y normalmente va a unido a un cambio importante a nivel de liderazgo (me viene a la cabeza el famoso caso Irizar y Koldo Saratxaga, pero hay otros menos mediáticos e igual de significativos). No obstante, siempre se pueden hacer cosas. Un buen amigo me acaba de comentar las dificultades que conlleva este estilo de liderazgo (y le cito): personas que no cooperan y no pueden ser eliminadas, falta de tiempo, organizaciones industriales comprimidas en sus estructuras....Todo un desafío. En el próximo post intentaré profundizar en todo esto.