“Había una vez un juguetero que fabricó un
ejército de soldaditos de plomo, muy derechos y elegantes. Cada uno llevaba un
fusil al hombro, una chaqueta roja, pantalones azules y un sombrero negro alto
con una insignia dorada al frente. Al juguetero no le alcanzó el plomo para el
último soldadito y lo tuvo que dejar sin una pierna….”
Así
empieza el famoso cuento para niños de Hans Christian Andersen y…bueno. El final
de la historia todos la conocemos. El caso es que tras muchas peripecias y
aventuras, un niño pensó que el soldadito no servía para nada y lo arrojó al
fuego. La cosa no acaba bien.
“Había perdido todos sus brillantes colores, sin que
nadie pudiese afirmar si a consecuencia del viaje o de sus sufrimientos. Miró a
la bailarina, lo miró ella, y el soldadito sintió que se derretía, pero
continuó impávido con su fusil al hombro….”
Por
alguna razón esta historia sobre un juguete mutilado que aguanta firme pase lo que pase siempre me ha emocionado.
Me llamo
Asier Urzelai y soy psicólogo, profesional de los recursos humanos, especialista
en seguridad y salud, padre y marido y a ratitos corredor de maratones. Pero sobre todo, aspiro a ser una buena persona. Mi intención con este blog
es compartir mis vivencias e inquietudes respecto a todo aquello que me
interesa.
Bienvenidos , muchas gracias por entrar…
Bienvenido al mundo blogero, un poco friki pero agradecido. Saludos. Armando
ResponderEliminarMuchas gracias apañero. Pedazo de blog que tienes. Nos vemos por estos lares
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